15 septiembre, 2011

Libia y el mundo en que vivimos

Posted in Sin categoría a 12:27 PM por César Alejandro González Castellano


14 Sep. 2011 en http://gramscimania.blogspot.com/2011/09/libia-y-el-mundo-en-que-vivimos.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Gramscimana+%28Gramsciman%C3%ADa%29

William Blum

 “¿Por qué nos estáis atacando? ¿Por qué matáis a nuestros hijos? ¿Por qué destruís nuestra infraestructura?”: Discurso por televisión del líder libio Muammar Gadafi, 30 de abril de 2011

Unas pocas horas más tarde la OTAN atacó un objetivo en Trípoli, matando al hijo de Gadafi de 29años, Saif al-Arab, tres de los nietos de Gadafi, todos de menos de doce años y a varios amigos y vecinos. En su discurso por televisión, Gadafi había apelado a las naciones de la OTAN a aceptar un cese al fuego y negociaciones después de seis semanas de bombardeos y ataques de misiles crucero contra su país. Bueno, veamos si podemos sacar alguna conclusión del complejo torbellino libio.

El Santo Triunvirato–EE.UU., la OTAN y la Unión Europea– no reconoce ningún poder superior y cree, literalmente, que puede hacer lo que quiera en el mundo, a quien lo desee, durante todo el tiempo que quiera, y llamarlo cómo sea, por ejemplo, “humanitario”.

Si el Santo Triunvirato decide que no quiere derrocar el gobierno en Siria, o en Egipto o Túnez o Bahréin o Arabia Saudí o Yemen o Jordania, no importa cuán crueles, opresores o intolerantes en lo religioso esos gobiernos sean con sus pueblos, no importa hasta qué punto empobrezcan y torturen a sus pueblos, no importa cuántos manifestantes maten a tiros en sus Plazas de la Libertad, el Triunvirato simplemente no los derrocará.

Si el Triunvirato decide que quiere derrocar el gobierno de Libia, aunque ese gobierno sea secular y haya utilizado su riqueza del petróleo en beneficio del pueblo de Libia y África tal vez más que cualquier otro gobierno en toda África y Medio Oriente, pero haya insistido durante años en cuestionar las ambiciones imperiales del Triunvirato en África y en aumentar sus demandas a las compañías petroleras del Triunvirato, entonces el Triunvirato simplemente derrocará al gobierno de Libia.

Si el Triunvirato quiere castigar a Gadafi y sus hijos, organizará que los amigos del Triunvirato en el Tribunal Penal Internacional emitan mandatos de arrestos contra ellos.

Si el Triunvirato no quiere castigar a los dirigentes de Siria, Egipto, Túnez, Bahréin, Arabia Saudí, Yemen, y Jordania simplemente no solicitará que el TPI emita mandatos de arresto contra ellos. Desde que el Tribunal fue formado en 1998, EE.UU. se ha negado a ratificarlo y ha hecho lo posible por denigrarlo y colocar barreras en su camino, porque Washington teme que funcionarios estadounidenses puedan ser un día acusados por sus numerosos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Bill Richardson, como embajador de EE.UU. en la ONU, dijo al mundo en 1998 que EE.UU. debiera ser eximido de procesamiento por el tribunal porque tiene “responsabilidades globales especiales”. Pero esto no impide que EE.UU. utilice al Tribunal cuando sirve los propósitos de su política exterior.

Si el Triunvirato quiere apoyar a una fuerza militar rebelde para derrotar el gobierno de Libia, no importa cuán fanáticamente religiosa, relacionada con al Qaida (1), asesina, degolladora, torturadora, monárquica, o dividida en facciones sea a veces esa fuerza rebelde, el Triunvirato la apoyará, como hizo con ciertas fuerzas en Afganistán e Iraq, y esperará que después de la victoria esa fuerza libia no se convierta en tan yihadista como en Afganistán, o tan fratricida como en Iraq. Una fuente potencial de conflicto dentro de los rebeldes, y dentro del país si es gobernado por ellos, es que una declaración constitucional hecha por el consejo rebelde estipula que, mientras garantiza la democracia y los derechos de no musulmanes, “el Islam es la religión del Estado y el principio fuente de legislación en la Jurisprudencia Islámica”. (2)

A la lista de encantadoras cualidades de los rebeldes se suma el informe de Amnistía Internacional de que han realizado arrestos masivos de personas de piel negra en toda la nación, llamándolas a todas “mercenarios extranjeros”, pero con creciente evidencia de que muchas de ellas eran simplemente trabajadores migrantes. Reuters informó el 29 de agosto: “El sábado, periodistas vieron los cuerpos putrefactos de 22 hombres de origen africano en una playa de Trípoli. Voluntarios que habían ido a enterrarlos dijeron que eran mercenarios muertos a tiros por los rebeldes”. Para completar este retrato de los más recientes niños mimados de Occidente tenemos este informe de The Independentde Londres (27 de agosto). “Las matanzas fueron implacables. Tuvieron lugar en un hospital improvisado, en una carpa marcada claramente con los símbolos de la media luna islámica. Algunos de los muertos estaban en camillas, conectados a sueros intravenosos. Algunos estaban en el interior de una ambulancia que había sido acribillada. Otros estaban en el suelo, al parecer alcanzados por las balas mientras trataban de arrastrarse en busca de seguridad.”

Si la propaganda del Triunvirato es suficientemente hábil y engañosa y pinta un cuadro gráfico de una gran tragedia iniciada por Gadafi en Libia, muchos progresistas estadounidenses y europeos insistirán en que aunque nunca, nunca apoyan al imperialismo pero hacen una excepción esta vez porque…

El pueblo libio está siendo salvado de una masacre”, tanto real como potencial. Esta masacre, sin embargo, parece haber sido groseramente exagerada por el Triunvirato, al Jazeera televisión, y el propietario de esa estación, el gobierno de Qatar; y no se ha presentado nada que se acerque a una evidencia auténtica de una masacre, ni una fosa común o cualquier otra cosa; las historias sobre una masacre parecen estar al mismo nivel que las sobre las violaciones con Viagra difundidas por al Jazeera (la Fox News del levantamiento libio). Qatar, hay que señalar ha jugado un papel militar activo en la guerra civil del lado de la OTAN. Hay que señalar además que la principal masacre en Libia han sido los seis meses de bombardeos diarios del Triunvirato, que mataron una cantidad desconocida de personas y arruinaron gran parte de la infraestructura. El profesor de la Universidad de Michigan, Juan Cole, el prototípico verdadero creyente en las buenas intenciones de la política exterior estadounidense, quien a pesar de ello logra tener una voz regular en los medios progresistas, escribió recientemente que “Gadafi no era un hombre de compromisos… su maquinaria militar mataría indiscriminadamente a los revolucionarios si se le permitiera hacerlo.” ¿Está claro, alumnos? Todos sabemos con certeza que Sarkozy, Obama, y Cameron hicieron compromisos sin fin en la devastación de Libia; por ejemplo, no utilizaron sus armas nucleares.

Las Naciones Unidas dieron su aprobación a la intervención militar; es decir, los principales miembros del Triunvirato dieron su aprobación, después que Rusia y China se abstuvieron cobardemente en lugar de ejercer su poder de veto; (esperando tal vez que recibirán la misma cortesía por parte de EE.UU., el Reino Unido y Francia cuando Rusia o China sea la nación agresora).

El pueblo de Libia está siendo “liberado”, no importa lo que signifique la palabra, ahora o en el futuro. Gadafi es un “dictador” insisten. Puede que sea ciertamente el término adecuado para describir al hombre, pero a pesar de ello hay que preguntar: ¿Es un dictador relativamente benévolo o es el otro tipo tan preferido por Washington? También hay que preguntar: Ya que EE.UU. ha apoyado habitualmente a dictadores durante todo el siglo pasado, ¿por qué no a éste?

El Triunvirato, y sus medios zalameros, quisieran que el mundo crea que lo que sucedió en Libia es solo otro ejemplo de la Primavera Árabe, un levantamiento popular de manifestantes no violentos contra un dictador por la proverbial democracia y libertad, que se extiende espontáneamente desde Túnez y Egipto entre los cuales se encuentra Libia. Pero hay varios motivos para cuestionar este análisis que ve el levantamiento de los rebeldes libios como un intento planificado y violento de tomar el poder por cuenta de su propio movimiento político, por heterogéneo que ese movimiento parezca ser en su primera hora. Por ejemplo:

Comenzaron de inmediato a izar la bandera de la monarquía derrocada por Gadafi. Fue una rebelión armada y violenta casi desde el comienzo; dentro de unos pocos días, pudimos leer de “ciudadanos armados con armas capturadas de bases del ejército” (3) y de “los policías que habían participado en el choque fueron capturados y colgados por los manifestantes” (4)

Su revuelta no tuvo lugar en la capital sino en el corazón de la región petrolífera del país; luego iniciaron la producción de petróleo y declararon que países extranjeros serían recompensados con petróleo en la medida en la cual cada país ayudara a su causa.

Pronto establecieron un Banco Central, una acción algo extraña de un movimiento de protesta. El apoyo internacional llegó rápida, incluso previamente, de Qatar y al Jazeera a la CIA y el espionaje francés.

La noción de que un dirigente no tenga derecho a reprimir una rebelión armada contra el Estado es demasiado absurda como para merecer discusión.

No hace tanto, Iraq y Libia eran los dos Estados más modernos y seculares en Medio Oriente/África del Norte con lo que eran posiblemente los niveles de vida más elevados en la región. Entonces llegó EE.UU. y convirtió a cada uno de ellos en un caso perdido. El deseo de librarse de Gadafi se había ido fortaleciendo durante años; el líder libio nunca había sido un peón de confianza; luego la Primavera Árabe presentó una excelente oportunidad y cobertura. ¿Y por qué? El lector puede elegir entre lo siguiente:

Los planes de Gadafi de realizar el comercio de Libia en África en materias primas y petróleo utilizando una nueva moneda –el dinar africano de oro, un cambio que podría haber suministrado un golpe serio a la posición dominante de EE.UU. en la economía mundial. (En el año 2000, Sadam Hussein anunció que el petróleo iraquí sería comercializado en euros, no dólares; y vinieron las sanciones y una invasión.)

Un país sede para África, el Comando África de EE.UU., uno de seis comandos regionales en los que el Pentágono ha dividido el mundo. Muchos países africanos abordados para ser la sede se negaron, a veces en términos bastante enérgicos. Africom tiene actualmente su sede en Stuttgart, Alemania. Según un funcionario del Departamento de Estado: “Tenemos un gran problema de imagen allí…. La opinión pública está realmente en contra de asociarse con EE.UU. Simplemente no tienen confianza en EE.UU.” (5)

Una base militar de EE.UU. para reemplazar la que fue cerrada por Gadafi después que llegó al poder en 1969. Hay solo una base semejante en África, en Djibouti. Hay que estar pendiente de una en Libia una vez que las aguas se hayan calmado. Tal vez estará situada cerca de los pozos petrolíferos estadounidenses. O tal vez le darán una alternativa al pueblo de Libia – una base estadounidense o una base de la OTAN.

Otro ejemplo de una OTAN desesperada por encontrar su razón de ser desde el fin de la Guerra Fría y el Pacto de Varsovia.

El papel de Gadafi en la creación de la Unión Africana. A los jefes de las corporaciones nunca les ha gustado que sus esclavos asalariados formen un sindicato. El líder libio también apoyó los Estados Unidos de África, porque sabe que África, con 54Estados independientes, seguirá siendo picoteada uno a uno y abusada y explotada por los miembros del Triunvirato. Gadafi pidió además más poder para los países más pequeños en las Naciones Unidas.

La afirmación del hijo de Gadafi, Said el Islam, de que Libia había ayudado a financiar la campaña electoral de Nicolas Sarkozy (6) podría haber humillado al presidente francés y explicaría su obsesión y apuro por ser visto como un participante importante en la implementación de la “zona de exclusión aérea” y otras medidas contra Gadafi. Puede haber contribuido el hecho de que Francia haya sido debilitada en sus antiguas colonias y neocolonias en África y Medio Oriente, debido en partea la influencia de Gadafi.

Gadafi ha sido un destacado apoyo de la causa palestina y crítico de las políticas israelíes; y ha reprendido ocasionalmente a otros países africanos y árabes, así como a Occidente, por no concordar con sus políticas o retórica; un motivo más para su falta de popularidad entre dirigentes mundiales de todos los colores.

En enero de 2009, Gadafi hizo saber que consideraba la nacionalización de las compañías petroleras extranjeras en Libia. (7) También tenía otra baza de negociación: la perspectiva de utilizar a compañías petroleras rusas, chinas e indias. Durante el actual período de hostilidades, ha invitado a esos países a compensar la producción perdidos. Pero ahora esos escenarios no se convertirán en realidad. En su lugar, el Triunvirato tratará de privatizar la Corporación Nacional del Petróleo, transfiriendo la riqueza petrolera de Libia a manos extranjeras.

El Imperio Estadounidense se inquieta ante cualquier amenaza a su hegemonía. En el período histórico actual el imperio se preocupa sobre todo por Rusia y China. China tiene amplias inversiones en energía y de construcción en Libia y otros sitios en África. El estadounidense promedio no sabe ni se interesa por esto. El imperialista estadounidense promedio se interesa mucho, aunque solo sea porque en estos tiempos de creciente demanda por recortes en el presupuesto militar es vital identificar y mantener poderosos “enemigos”.

Para aún más razones, vea el artículo “¿Por qué un cambio de régimen en Libia?” de Ismael Hossein-zadeh, y los cables diplomáticos de EE.UU. publicados por WikiLeaks– referencia de WikiLeaks 07TRIPOLI96711-15-07 (incluyen una queja sobre el “nacionalismo de los recursos” libio).

Palabras del hombre al que las potencias militares más poderosas del mundo tratan de matar, «Recuerdos de mi vida», escrito por el coronel Muamar Gadafi, 5 de abril de 2011,pasajes:

“Ahora enfrento el ataque de la fuerza más grande de la historia militar; mi pequeño hijo africano Obama quiere matarme, quitar la libertad de nuestro país, dejarnos sin nuestra vivienda gratuita, nuestro servicio médico gratuito, nuestra educación gratuita, y reemplazar todo eso con la ratería de estilo yanqui, llamada “capitalismo”;pero todos en el Tercer Mundo sabemos lo que eso significa; significa que las empresas transnacionales gobiernan los países, gobiernan el mundo; y que el pueblo sufre. Por consiguiente, para mí no hay alternativa, debo asumir mi posición y si Alá así lo desea, moriré siguiendo Su camino, el camino que ha hecho a nuestro país rico en agricultura, con alimentación y salud, y que incluso nos permitió ayudar a nuestros hermanos y hermanas africanos, para que trabajen aquí en la Yamahiriya libia.

Yo no deseo morir, pero si la situación se presenta y es para salvar esta tierra y a mi pueblo, salvar a los millares que son mis hijos, entonces que así sea….

En el Occidente algunos me han llamado “loco”, pero saben la verdad y continúan mintiendo; saben que nuestra tierra es independiente y libre, que no está bajo control colonial.”

Notas

Por ejemplo, vea The Telegraph (Londres), 30 de agosto de 2011: “Abdel-Hakim al-Hasidi, el líder rebelde libio, ha dicho que yihadistas que combatieron contra tropas aliadas en Iraq están en las primeras líneas de la batalla contra el régimen de Muamar Gadafi”. Hay una plétora de otros informes que detallan los vínculos entre los rebeldes y grupos islamistas radicales:

Washington Post, August 31, 2011
McClatchy Newspapers, February 20, 2011
Wikipedia, Línea de tiempo de la guerra civil libia, 19 de febrero de 2011
The Guardian (London), June 25, 2007
The Guardian (London), March 16, 2011
Reuters, January 21, 2009
Associated Press, August 11, 2011
Agence France Presse, May 21, 2010

WilliamBlum es autor de Killing Hope:
US Military and CIA Interventions Since World War 2.
Rogue State: A Guide to the World’s Only Superpower
West-Bloc Dissident: A Cold War Memoir
Freeing the World to Death: Essays on the American Empire
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Fuente: http://killinghope.org/bblum6/aer97.html

Omar Montilla – Choroní, Edo. Aragua, VENEZUELA omar1montilla@gmail.com

2 septiembre, 2011

Homo Sapiens, ¡Hombre sabio!, vaya sarcasmo histórico!

Posted in Política a 3:30 PM por César Alejandro González Castellano


Hay un problema mayúsculo, el más grande de todos, el superlativo, uno sin cuya solución resultan intranscendentes hasta las soluciones mismas de las guerras fratricidas; me refiero a la desaparición de la especie humana, un hecho en pleno proceso de desarrollo provocado por esta misma especie animal que apenas, en su estadio de homo sapiens (¡Hombre sabio!, vaya sarcasmo histórico) tiene sobre la tierra unos 200 mil años, 0,004% del total de la edad de la tierra, calculada en casi cinco mil millones de años. Y si pensáramos en cómo nos imaginamos el hábitat del momento en que nació Jesús Cristo, por solo mencionar los 2011 años de la era cristiana, o la forma cómo vivían las personas antes de la Revolución Industrial hace apenas 200 años (en la actualidad en Cuba hay 551 personas de más de 100 años y en el mundo 516 millones mayores de 65 años), nos daremos cuenta de lo depredador que es el homo sapiens, ¡el hombre sabio!¡En apenas 200 años, contados a partir de la Revolución Industrial, hemos creamos las condiciones para destruirnos! Y siendo más acuciosos todavía, desde la llamada Revolución Verde, punto focal que nos permite evaluar el impacto sobre la vida del uso de máquinas y venenos, sólo han transcurrido unos 70 años; es decir, 516 millones de personas en el mundo pueden comparar las realidades entre el antes y el después de la Revolución verde.

Muchas son las preguntas que surgen:

¿Es posible, en primer lugar, detener este proceso y, en segundo lugar, revertirlo?

¿No será acaso necesario que desaparezca la especie humana para que puedan salvarse las demás especies vivas?

Si la tarea es salvar a la especie humana, ¿Cómo hacerlo?

Estas reflexiones constituyen, en el fondo, la razón que ocupa nuestras reflexiones; todos sabemos que lo jurídico no va a resolver tan mayúsculo problema. Todos sabemos que la solución real está en la transformación radical de la forma cómo nos relacionamos con la naturaleza, de la concepción que tenemos de nosotros como seres superiores a los demás seres vivos, que nuestra condición de pensantes nos otorga el privilegio de someter a los hermanos animales y de destruir a la Pachamama. Sólo, repito, adquiriendo conciencia colectiva de la imperiosa necesidad de producir una transformación de esas relaciones y concepciones, es que tendremos una oportunidad de salvarnos como especie.

La más reciente coyuntura mundial, determinada por el agotamiento del modelo neoliberal, merman las esperanzas. Las sociedades más industrializadas y con mayor capacidad bélica, dejando a un lado cualquier vestigio de racionalidad, de ética y de moral, decidieron apropiarse, en cayapa mundial mediante la fuerza, de los recursos naturales que aún quedan en la tierra, diezmados en los propios espacios geográficos de sus territorios.

Las incursiones armadas en el África y las que vienen para América Latina, nos demuestran el inicio del apocalipsis. El objetivo inicial es eliminar físicamente a quienes, independientemente de sus acciones, defienden sus recursos. Incluso el discurso ese de que lo hacen para “defender a las poblaciones sometidas por los dictadores”, sin ningún desparpajo, sucumbe ante las grotescas declaraciones sobre la verdadera intencionalidad: el control del petróleo y del agua mundial. Ya Rusia y China se plegaron para reclamar su parte del botín, al fin y al cabo sus economías y realidades también dependen del petróleo y del agua.

Sólo nos queda resistir; sabemos que tenemos una mínima posibilidad frente al poderío bélico de los poderosos del mundo. Pero resistir es nuestro deber y responsabilidad.

Aunque conscientes de que una ley, vista la magnitud del problema, no representa su solución, no es menos cierto que sin leyes que regulen las relaciones entre ese ser humano deshumanizado y la naturaleza, los procesos depredadores serían mucho más acentuados.

Es necesario encontrarnos para pensar en cómo contribuir con esa regulación. Partamos de la relación más simple y sempiterna: el uso de los recursos naturales por parte del ser humano para su sobrevivencia. La forma que adquieran las normas dependerá de 1) si nos vemos ajenos a la naturaleza, seres superiores, individuos que nacimos con el derecho a explotarla o 2) si nos vemos subordinados a su lógica natural y que no condiciona su existencia, es decir, la existencia de la naturaleza no depende de la nuestra. Pienso que ese debería ser el objeto de las normas.

Hay quienes piensan, con contundentes argumentos, que no es necesario escribir más leyes para el agro (Delia Polanco-Loaiza en Aporrea) sino que se deben hacer cumplir las que existen. Hay quienes creen que lo que hace falta son políticas públicas, derivadas del contexto ambiental y jurídico, que se traduzcan en programas de acción. Otros tienen propuestas muy específicas como la Ley Integral del Café (10 mil firmas de apoyo); algunos más ya coincidieron en un papel que contiene normas bajo el título de Ley Orgánica de Agricultura Originaria, campesina, afrodescendiente, agroecológica y convencional (agricultura sustentable o ambientalmente sustentada). En Yaracuy el movimiento campesino Jirajara escribió una propuesta de Ley de Agroecología para esa entidad federal. También ambientalistas que piensan en una Ley de Agricultura Sustentable, en una Ley de Desarrollo Endógeno. En fin, hay un interesante abanico de visiones, y que seguramente pudiera ampliarse, que constituyen una hermosísima oportunidad para debatir.

Pero lo cierto es que todas las propuestas tienen un denominador común: hacer armoniosas las relaciones entre la especie humana y los demás seres vivos y recursos de la naturaleza. Trabajemos. Cualquier propuesta sobre este tema, si desea compartirla, puede enviarla al correo diputado.cesar.gonzalez@gmail.com.

1 septiembre, 2011

SOBERANÍA AGROALIMENTARIA: DEFINICIÓN Y TAREAS PENDIENTES DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Posted in Política a 4:42 PM por César Alejandro González Castellano


Más allá del deber del Estado de garantizar la alimentación del pueblo

Por César Alejandro González Castellano

Palabras y frases claves: Producción sustentable y sostenible. Cadenas productivas. Producción de insumos. Socialismo. Investigación. Comercialización. Formación. Consumo. Hábitos de alimentación.

INTRODUCCIÓN

Si bien en el discurso político institucional se aboga por trascender la visión productivista del concepto Soberanía Agroalimentaria, no menos es que los entes del Estado, responsables de la ejecución de las políticas agrícolas, se centran casi exclusivamente en la producción o en los elementos que contribuyen con el crecimiento de la producción: ampliación de la superficie de siembra, aplicación de tecnología depredante, etc.. Además es evidente la desarticulación institucional entre los actores gubernamentales que deben relacionar la producción (primaria, acondicionamiento, transformación), la distribución y el consumo. Esta es una tremenda debilidad estratégica del proceso político venezolano que muestra, a su vez, la poca fortaleza ideológica, teórica y política de los cuadros que dirigen las instituciones y con la cual nada o muy poco se contribuye en la consolidación del ideario socialista. Una de esas debilidades teóricas tiene que ver con la comprensión y alcance de la definición de Soberanía Agroalimentaria, tema de este documento.

El triunfo definitivo del socialismo frente al capitalismo se expresa en la inserción del ideario socialista en la conciencia colectiva, es la evidencia contundente de una verdadera, real y tangible transformación cultural, de una revolución de la conciencia individual y colectiva y de a) haberse convertido los medios de producción en propiedad de todos los miembros de la sociedad, b) que el trabajo, dentro de esa nueva relación ser humano-medio, se realiza con arreglo a un plan cuyos objetivos y metas están dirigidos a satisfacer las necesidades humanas; por lo tanto el trabajo deja de ser una actividad sin gozo y se convierte en permanente regocijo espiritual y c) que el ser humano de esa sociedad socialista sabe que con el producto de su trabajo resuelve una necesidad social, del mismo modo que otros trabajadores satisfacen alguna suya.

“La nueva sociedad socialista debe desarrollarse [al igual que lo hizo el capitalismo respecto a las estructura sociales precedentes]…mediante un proceso de subordinación de todos los elementos del capitalismo y de la lógica del capital, y mediante un proceso de inserción, en su lugar, de una lógica centrada en el ser humano”  Lebowitz (2007, p. 9-10)[i]. En Venezuela, en lo que respecta a la agricultura y después de 11 años de revolución, ese “proceso de subordinación” es extremadamente primitivo, precavido y timorato. La concepción de la producción agropecuaria, forestal y pesquera como modelo industrial de producción, distribución y transformación de alimentos sigue prevaleciendo y, en gran medida, en manos de sectores adversos. Grandes cantidades de biocidas, que se compran a las trasnacionales golpistas, por ser recomendados por los técnicos de nuestra revolución, se siguen incorporando a los suelos; el uso intensivo de maquinaria evidencia la lógica capitalista del monocultivo, por señalar algunos indicadores de la realidad agrícola.

Buscando una respuesta a la pregunta de cómo avanzar en la construcción del socialismo, Lebowitz (2007, p. 9, ob.cit) nos propone reflexionar, citando a Meszaros, en que en la “…dialéctica compleja de producción-distribución-consumo ninguna parte puede actuar por su cuenta. Es necesario reestructurar radicalmente el conjunto de estas relaciones, si pensamos que el socialismo como el capitalismo es <una estructura de la sociedad en la cual todas las relaciones existen simultáneamente y se apoyan unas a otras (Marx)>”.

Al decir “reestructurar radicalmente el conjunto de esas relaciones” se reconoce que la estructura es un conjunto de componentes interdependientes, cuya existencia individual depende de las demás: la agroindustria requiere de una agricultura fortalecida, de la misma manera que el sistema de transporte amerita de ambas, la agricultura de un sistema de producción industrial de insumos, etc.

En el contexto de lo anterior se inscribe, especialmente la cuestión agroalimentaria, sobre la cual debemos sentenciar: sin Soberanía Agroalimentaria no será posible construir una sociedad socialista; sí no somos capaces de subordinar la lógica capitalista que concibe la producción de alimentos como medio para incrementar la ganancia (el hambre una mercancía) a la lógica socialista de producir alimentos para cubrir los requerimientos nutricionales de la población, no habrá patria socialista. La tarea de nuestra revolución bolivariana es, entonces, desde ese enfoque dialéctico de Marx, transformar radicalmente todas las relaciones de producción-distribución-consumo de la producción de alimentos, que existen simultáneamente y se apoyan unas a otras, fundadas en la lógica del capital, por unas nuevas relaciones fundadas las personas, en los seres humanos, en todos los seres vivos.

Siendo que tanto socialismo como capitalismo son estructuras de la sociedad, y que un componente de esas estructuras, uno de los principales por su dimensión estratégica, es la alimentación, en las siguientes páginas se propone, más que un camino, una visión sobre qué y cómo hacer para volver real, material, tangible la soberanía agroalimentaria para la Patria Socialista. En este sentido coincidimos con Lebowitz (2007, p. 10) en cuanto a que para ello “procede reuniendo los elementos en una nueva dialéctica de producción-distribución-consumo…[y] en el centro de esta combinación nueva hay tres características: a) la propiedad social de los medios de producción…b) la producción social organizada por los trabajadores…c) satisfacer las necesidades y los fines comunales”.

SOBERANÍA AGROALIMENTARIA

Ser soberanos implica que el pueblo, mediante sus formas naturales de organización, haga real el ejercicio, total y absoluto, de la libertad para decidir sobre su tránsito histórico en el planeta social; la libertad es inherente a la categoría Pueblo Soberano; es decir, la conceptualización de Pueblo Soberano es incompleta sin esa cualidad, porque ella, la Libertad, es para el concepto Pueblo Soberano como Agua lo es para el concepto Seres Vivos.

Un elemento característico, entre otros, de una nación soberana, de un pueblo soberano, es su independencia agrícola y alimentaria, su capacidad para decidir sobre qué y cómo producir insumos y alimentos para la población y cuáles insumos y alimentos son los que realmente se requieren producir. Pero más allá del simple enfoque productivista de alimentos del concepto de Soberanía Agroalimentaria, una nación tiene SOBERANÍA AGROALIMENTARIA en las materias agropecuaria, forestal, pesquera y alimentaria, si la unidad Estado-Pueblo comprende la enorme dimensión estratégica de la agricultura y la alimentación y, por lo tanto, sí y sólo sí, como mínimo:

tiene control absoluto de los procesos formativos vinculados a ellas;

logra que el Estado asuma el pleno control de los eslabones de las cadenas productivas de todos los rubros agrícolas;

concibe que la producción, tanto de alimentos como de insumos para la producción agropecuaria, forestal y pesquera, deben destinarse a satisfacer las necesidades de las campesinas y campesinos y de los consumidores confrontando, de esa manera, la máxima capitalista de convertir todo en mercancía;

incide de forma determinante en lograr que los procesos de producción garanticen la armonía entre las actividades humanas y la naturaleza para que la producción sea sustentable, económicamente viable y socialmente justa;

comprende que la investigación agrícola debe realizarla el Estado, a través de las universidades e institutos de investigación, reivindicando y respetando el saber popular, los conocimientos indígenas y socializándola;

es capaz de producir y socializar la tecnología que se requiere para los procesos productivos, de transformación y acondicionamiento y de distribución tanto de insumos como de productos;

dota a la actividad agrícola de políticas que garanticen financiamiento suficiente y oportuno;

asume que la distribución de insumos y alimentos se realice en función de las necesidades reales de los productores y los consumidores;

el pueblo y el Estado hagan suyas, libre y solidariamente, las luchas contra el hambre y la pobreza de los pueblos hermanos de cualquier parte del mundo;

logre romper la dependencia de la producción con todo tipo de biocida y el uso intensivo e indiscriminado de la maquinaria agrícola que vienen destruyendo la estructura y la vida del suelo;

las personas que laboran en el sector agrícola (campesinas y campesinos y servidores y servidoras al servicio del Estado) reciben una remuneración justa y equitativa, que sea reflejo de la gran responsabilidad que tienen en tan determinante eje estratégico.

Cada una de las condiciones mencionadas, sólo para efectos metodológicos, merece análisis individual; ellas, en la realidad, existen en relación indisoluble, complementaria y dependiente. En ese sentido consideramos que a) identificar quiénes son los propietarios de los medios de producción en todo el ámbito económico de la agricultura, b) cómo está organizado socialmente el trabajo y c) cuáles son los niveles de satisfacción de las necesidades de la sociedad, como premisas trasversales a todas ellas, además comprendiendo a todos los individuos como consumidores-productores-consumidores, es una estrategia pertinente para determinar si somos soberanos en materia agroalimentaria o en qué estadio del proceso revolucionario venezolano se encuentra la tarea de hacernos libres de toda dependencia en las relaciones de producción-distribución-consumo de la producción de alimentos.


[i] Lebowitz, Michael. El Socialismo no cae del cielo: un nuevo comienzo. (2007). 1° edición. Monte Ávila Editores.

ALGUNOS ELEMENTOS A MANERA DE REFLEXIÓN (No es redundante!!!)

Posted in Política a 4:38 PM por César Alejandro González Castellano



Revolucionarios que no se movilizan no hacen Revolución

Estamos en revolución, esto significa movimiento constante, transformación radical, cambios profundos de las condiciones económicas, políticas, sociales presentes. Revolución significa, al mismo tiempo, creación de algo nuevo, parto de una era distinta, de una sociedad diferente; construcción de nuevas condiciones económicas, políticas y sociales. Por lo tanto Revolución es contrario a estático; si a quienes históricamente nos corresponde hacer la Revolución nos quedamos quietos, sin movimiento, estáticos, no hay Revolución, no habrá transformación; el resultado de ese abortado proceso revolucionario no será más que una mofa de sociedad, un calco mal elaborado de la vieja sociedad.

Fines y objetivos de la Revolución Bolivariana

El fin de nuestra revolución Bolivariana es la instauración de una sociedad socialista. Ello implica nuevas relaciones de los seres humanos con la naturaleza, fundadas en el respeto hacia todos los seres vivos, haca el agua, los suelos; unas nuevas relaciones en las cuales se comprende al ser humano como parte del cosmos, sin jerarquía, y cuya existencia sólo es posible si existen los demás seres que habitamos el planeta. Romper ese natural equilibrio significa la destrucción de la especie humana.

Establecer como fin la instauración de una sociedad socialista conlleva, necesaria e indiscutiblemente, la destrucción del actual sistema económico y social, cuya base y fin es el capital. Todo lo que se hace en esta sociedad va dirigido a la acumulación de capital. Y esto sólo es posible mediante la apropiación, por unos pocos (los ricos, la burguesía), de los medios de producción y de los excedentes socialmente producidos y de la explotación del trabajo de la mayoría de la población: los pobres, el proletariado. En la sociedad capitalista, mientras los primeros, la burguesía, puede vivir sin limitación alguna, consumiendo lo que los trabajadores producen, el proletariado se ve obligado a vivir en la miseria, carente de todo bienestar social; queda reducido a una fábrica de músculos y fuerza de trabajo para las empresas de los capitalistas, a cambio de míseros salarios, con los cuales, a duras penas puede subsistir. Con tales salarios el proletariado ni siquiera puede consumir lo que le lleva tanto esfuerzo produce.

Objetivo estratégico de la Revolución Bolivariana

El objetivo estratégico, por tanto, de la Revolución Bolivariana, es la destrucción de las bases que sustentan el capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción, la apropiación por unos pocos de los excedentes sociales y la explotación del trabajo. Al destruir esas bases desaparece el sistema capitalista, las relaciones de producción que privilegian y endiosan al capital por encima del ser humano y todo el andamiaje que lo reproduce. A ese andamiaje lo conocemos como Estado, es decir, toda la estructura de gobierno y demás instituciones (policía, cuerpos de justicia, etc.) creadas por la burguesía para defender y facilitar la reproducción del sistema capitalista. Definir como objetivo estratégico de la revolución Bolivariana la destrucción del Estado burgués, es equivocar las tareas que debemos cumplir. Al establecerse nuevas relaciones de producción, se producen nuevas ideas sobre cómo debe funcionar la nueva sociedad cuyo centro es la vida en el planeta y las dependencias entre los seres que la habitan. A esas nuevas ideas las llamamos Ideología Socialista para contraponerlas a la Ideología Capitalista. Por los tanto las tareas implícitas en el objetivo estratégico de la Revolución Bolivariana, no se comprenden en toda su extensión, si no precisamos la tarea de erradicar el ideario capitalista de la conciencia colectiva, del sentir social, del comportamiento humano y, en su lugar, florece el ideario socialista.

El logro del objetivo estratégico lleva implícita, como lo ha sido a través de toda”… la historia de la humanidad”, la lucha de clases, la inevitable confrontación entre la burguesía y el proletariado. Y es necesario que comprendamos que esa confrontación es violenta, como lo ha sido siempre. Bastan, como ejemplos, el golpe de abril, el paro petrolero, los 230 líderes campesinos asesinados, los permanentes saboteos, etc.

Objetivo táctico de la Revolución Bolivariana

El objetivo táctico de la Revolución Bolivariana es el control político de las instituciones que conforman al Estado burgués en esta etapa del proceso revolucionario, al que hemos llamado de transición al socialismo. Si ello no se logra será imposible combatir la ideología burguesa. Sólo pensar, por ejemplo, en que la educación en una Revolución que avanza al socialismo quede en manos de la burguesía, en manos de quienes la reproducen y legitiman en la conciencia de las personas, asegura su derrota ideológica. Y si aunado a ello el sistema de justicia y policial no cambia, sino que sigue sirviendo para la defensa de los intereses de los ricos, no habrá ninguna duda en afirmar que una Revolución así no es una Revolución Socialista.

¿Quién debe asumir el control político?

Pero ¿quién debe asumir el control político de las instituciones del Estado es esta etapa de transición al socialismo?. ¡La vanguardia del movimiento revolucionario, los cuadros más claros de los trabajadores, de los campesinos, de los estudiantes, de los intelectuales, de la clase media; los cuadros emergentes en las comunidades, de los consejos comunales, las comunas!.

Los enemigos de la Revolución Bolivariana

Nuestra Revolución Bolivariana tiene enemigos dentro y fuera de las fronteras venezolanas. Fuera de ellas la gran burguesía internacional y el imperio norteamericano; dentro, la burguesía apátrida nacional y los infiltrados en las instituciones del gobierno. Pero también se convierte en enemigo de la Revolución el comportamiento burocrático de muchos de nuestros camaradas que no han podido comprender que su actuación dentro del estado burgués no puede ser para legitimarlo; también son enemigos de la Revolución la corrupción, la impunidad, la falta de estudio de nuestros líderes; la falta de mayor compromiso y asunción de riesgos de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales; la débil solidaridad de los líderes del gobierno con los humildes, los excluidos que aún existen después de 12 años de revolución; asumir al PSUV como trampolín para alcanzar prebendas personales o grupales; el padrinazgo, la práctica del amiguismo y del nepotismo.

14 agosto, 2011

POR UN NUEVO JURAMENTO

Posted in Política a 10:56 PM por César Alejandro González Castellano


Hay un monte en Roma de unos 50 metros de altura sobre el nivel del mar, más o menos a 4,5 kilómetros del Capitolio, que sirvió de refugio a los plebeyos durante la rebelión de la plebe del año 494 antes de Cristo y mediante la cual “los plebeyos consiguieron que se creara el cargo de tribuno de la plebe y se estableciera su propia asamblea, el Concilium plebeyo, que elegía los tribunos y el edificio de los plebeyos. Además, las deliberaciones de los consejos de la plebe (plebiscitos) tenían fuerza de ley para los plebeyos. Los tribunos y el sitio de la plebe eran inviolables”[1]. Por cierto, contrario a la concepción actual, la plebe, palabra que del latín traduce “los que no forman parte de la gente”, es decir, de la gens, de los gentiles, desde los inicios de la construcción de la ciudad de Roma, estaba conformada, generalmente, por mercaderes y artesanos, muchos de ellos ricos, que llegaban a ella, pero que no tenían los privilegios de los patricios. Posteriormente toman conciencia de su clase y se organizan en colegios profesionales como los de flautistas, tintoreros, zapateros, joyeros, carpinteros, curtidores, alfareros, etc., llegando incluso a formar parte del ejército, de los comicios y del Senado. En memoria de esas reivindicaciones los plebeyos erigieron un monumento a Júpiter, circunstancia que hace suponer el origen del adjetivo Sacro que se le da al monte.

También esa formación fue el monte de los augures, los adivinos de Roma, con cargo oficial. Los augures, unos que interpretaban a los dioses la manifestación de su voluntad y  otros los signos de su voluntad, utilizaban diferentes medios: señales del cielo, gritos y vuelos de las aves, ingesta de los pollos sagrados, posiciones y actitudes de los animales. Tales prácticas son también consideradas en la creación del nombre del Monte.

Desde ese monte, que conocemos como Monte Sacro, con toda la carga de magia y realidad que la historia lo llena, mirando hacia la ciudad de Roma, acompañado de su maestro Simón Rodríguez y de su primo Fernando del Toro, con escasos 22 años, viudo para entonces, el gigante Bolívar que aún no era, el Bolívar que de infinito lo esculpirían los tiempos por venir, se impuso la tarea, y así lo juró, de liberar a Venezuela del yugo español. Y luego, después de 18 años, no sólo liberó a su partera Patria sino también a Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador.

Cuando miramos, desde el tiempo presente, los años transcurridos entre el 15 de agosto de 1805 y los cinco hasta la Declaración de la Independencia, los seis para llegar al día de la firma del Acta de la Independencia, los dieciséis para que ocurriera la Batalla de Carabobo, los dieciocho hasta la decisiva Batalla Naval del Lago de Maracaibo y los veinticinco para que se sembrara el cuerpo de Bolívar, no dejamos de asombrarnos de la fidelidad de ese ser humano de cumplir con el juramento que hizo a su maestro en el Monte Sacro: “¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!

Hoy después de 206 años la tarea está pendiente; cambiaron los tiempos pero nuevos imperios nos colocaron las mismas cadenas opresoras, con nuevos métodos, pero opresoras, mucho más denigrantes de la condición humana. Como lo dijo Bolívar ese 15 de agosto: “La civilización que ha soplado del Oriente, ha mostrado aquí todas sus fases, han hecho ver todos sus elementos; mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo” ¡Nosotros somos, ya no el Nuevo Mundo, sino el Mundo Nuevo! Estamos obligados a mostrar al viejo mundo un camino que, sin ser modelo, inspire a los pueblos para despejar la misteriosa incógnita planteada por Bolívar.

Hoy debemos jurar como lo hizo Bolívar, y cumplir como él, en nuestros pequeños espacios, con las tareas que nos toca realizar. Quizá sea necesario un nuevo juramento, que siga la lógica del Padre Libertador y teniéndolo a él como testigo, como en ese 15 de agosto lo fue Simón Rodríguez: “¡Juramos delante de ti Padre Bolívar; juramos por el Dios de nuestros padres; juramos por ellos; juramos por nuestro honor, y juramos por nuestra Patria, que no daremos descanso a nuestros brazos, ni reposo a nuestras almas, hasta que hayamos roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del imperialismo norteamericano!

Diputado a la Asamblea Nacional, Estado Portuguesa

lamdogsa@gmail.com


[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Sacro

13 agosto, 2011

El capitalismo, ya viejo e incapaz de cumplir la promesa de volver rico a todos

Posted in Política a 4:55 PM por César Alejandro González Castellano


Militantes de la vida, se cierne sobre la especie humana y, quizá, más dramático aún, sobre todo ser vivo existente en la tierra, una terrible amenaza: “los impulsos y pasiones más viles de los hombres” (Engels) hechos materia en la superlativa codicia voraz y vulgar por la riqueza individual.  Todo: el aire, el agua, la luz; el saber o la ignorancia, absolutamente todo, incluida la vida humana misma, es convertido en fuente de riqueza. Poco importa al ser codicioso que luego no haya agua, aire limpio, luz, árboles, ríos. Pareciera que ante sus ojos, forjados pétreos por el deslumbramiento del lujo y la opulencia, la desolada y yerta naturaleza fuera el alimento para su inútil alma.

El SER codicioso, engendro de dos centurias y media de capitalismo, no es ya, angustiosamente, exclusivo de la minúscula clase poseedora de bienes. NO. Es parte constituyente de los sentimientos humanos sin distingo de privilegios y del tener; es un sentimiento que eficazmente el capitalismo lo hizo intrínseco al comportamiento colectivo humano, condición necesaria para legitimar y reproducir los (anti)valores del sistema. El que no tiene busca ser parte de la minoría a expensa misma de su existir; se hace a sí mismo fuente de riqueza, se enajena, se auto convierte en mercancía y, por tanto, seguro desecho del sistema. Nadie escapa a ese fin, ni siquiera los que tienen. Tan víctimas del capitalismo son los que mueren por falta de alimentos como los que mueren por su excesivo consumo, pero los últimos son, a conciencia, verdugos de los primeros.

Pero el capitalismo, ya viejo e incapaz de cumplir la promesa de volver rico a todos, entró en una profunda crisis, crisis general que en realidad son muchas crisis: financiera, productiva, ambiental, energética, alimentaria, ética, moral. Se avizora una gran recesión en el mundo imperial capitalista que representa más del 60% de la economía mundial, con crecimientos espasmódicos en las periferias: ej. China y Brasil que pronto sucumbirán ante el congelamiento de las economías más poderosas. El actual no es capitalismo industrial, por lo tanto no es una crisis del capitalismo industrial, es capitalismo financiero.

El mundo consume 83 millones de barriles diarios; dentro de 30 años no será posible consumir más que unos 30 millones.  La tasa de crecimiento de la economía mundial viene cayendo desde 1970. La producción bruta mundial, medida en dólares, es de aproximadamente 60 billones de dólares, mientras que la masa financiera mundial es de 1000 billones de dólares. Esto es parasitismo financiero puro, un capital que no tiene como soportarse, que se autoreproduce sin control, convirtiéndose en destructor de su propia y real base productiva. El capitalismo para sobrevivir debe garantizar el crecimiento de la economía, de lo contrario pierde su oxígeno. Ese oxígeno es el recurso energético el cual llegó a su límite, no hay alternativa en el corto plazo, no hay sustituto de gran escala para la energía fósil.

Una civilización decadente es sumamente peligrosa. Un síntoma de la decadencia es la militarización de la sociedad mundial, el acudir a la guerra para destruir capital, para buscar nicho al capital financiero, que así mismo, en la nueva hechura de capital, sigue reproduciéndose geométricamente. 75% de los gastos militares del mundo los concentran EEUU y la OTAN

En este punto de la reflexión vale una interrogante ¿Ha llegado el ser humano capitalista al punto de no retorno de su proceso auto deshumanizante? Responderla afirmativamente equivaldría a negar el hecho, en si mismo contradictorio, de que, como nunca en la historia de la humanidad, el ser humano durante el capitalismo ha sido capaz de producir los más extraordinarios avances en las ciencias y en la tecnología.

El capitalismo es un viejo que aunque se le de tratamientos va a morir ¿Cómo hacemos para que no arrastre a los seres reales, de carne y hueso, que respiran?

LA CUESTIÓN, A CORTO PLAZO NO ES NI SIQUIERA TRASCENDER A UNA NUEVA SOCIEDAD, ES CÓMO SALVAMOS A LA HUMANIDAD HOY DE LA FUERZA DESTRUCTIVA E INCONTROLABLE GENERADA POR EL CAPITALISMO

Vea http://www.saboteamos.info/2011/03/03/video-jorge-beinstein-la-crisis-del-capitalismo/

Aceptar el chantaje de la violencia, en nombre de la paz burguesa, es aceptar se esclavos